Google dirige el intercambio de derechos de autor de IA en medio de crecientes demandas y pedidos de una regulación más clara
Summary:
Frente a numerosas demandas sobre derechos de autor y privacidad en inteligencia artificial (IA), Google defiende sus métodos de entrenamiento de IA y proporciona medidas de protección para los usuarios de productos de IA contra las violaciones de derechos de autor. Sin embargo, esta protección es selectiva, lo que plantea dudas sobre la rendición de cuentas, los derechos creativos y el creciente campo de la IA. En medio de discusiones y batallas legales, el gigante tecnológico y otras empresas como Microsoft y Adobe están fortaleciendo continuamente sus políticas para salvaguardar a los usuarios y la integridad de la IA. También hay cada vez más peticiones de artistas para que se establezcan leyes y reglamentos más claros que regulen los contenidos generados por IA. Sin lugar a dudas, el panorama jurídico del futuro dará forma no solo a los principios jurídicos, sino también a los éticos que guían las amplias aplicaciones de la IA.
A la luz de las crecientes consultas legales sobre los derechos de autor y los derechos de privacidad en relación con la inteligencia artificial (IA), Google se encuentra lidiando con numerosas demandas. A pesar de ello, Google sigue defendiendo sus métodos de entrenamiento de la IA y asume la responsabilidad de proteger a los usuarios de productos de IA de las acusaciones de infracción de los derechos de autor. Sin embargo, las medidas de protección de Google se extienden solo a siete de sus productos de IA, excluyendo su herramienta de búsqueda Bard. Muchos ven esta protección selectiva como una invitación a debatir la salvaguardia de la creatividad, la rendición de cuentas y el floreciente campo de la IA. La postura de Google se considera algo más que una respuesta a la creciente presión, sino un movimiento estratégico diseñado para salvaguardar el entorno de IA en expansión.
El crecimiento de la IA generativa ha reavivado los debates sobre los derechos de autor al preguntarse si los datos de entrenamiento para los modelos de IA y los resultados resultantes infringen la propiedad intelectual (PI) de las entidades privadas. Si tales acusaciones contra Google resultan ciertas, puede costarle significativamente a la empresa e impedir el crecimiento de la IA generativa. Para tranquilizar a sus usuarios, la política legal de Google tiene como objetivo proteger los datos de entrenamiento y el contenido generado. En virtud de esta política, Google asume la responsabilidad de cualquier infracción de la propiedad intelectual relacionada con los datos utilizados en la creación de sus modelos de IA. También tiene como objetivo proteger a los usuarios contra las afirmaciones de que el contenido creado por sus servicios de IA viola los derechos de privacidad de otros.
Google afirma que los datos públicos utilizados para el entrenamiento de IA no son equivalentes al robo, la violación de la privacidad o la violación de los derechos de autor. Sin embargo, esta afirmación se enfrenta a importantes críticas, ya que se acusa a Google de hacer un mal uso de los datos personales y protegidos por derechos de autor para sus modelos de IA. Una demanda colectiva incluso sugiere que Google basó sus capacidades de IA en datos robados de millones de usuarios de la web.
Teniendo en cuenta esto, la disputa legal se extiende más allá de Google; invoca preguntas más amplias como quién es realmente el propietario de los datos de Internet y hasta qué punto dichos datos pueden entrenar modelos de IA que generen resultados comercialmente rentables.
La artista de tokens no fungibles (NFT) Amitra Sethi considera que el reciente anuncio de Google es un paso significativo y positivo. Afirma que la ampliación de la protección jurídica a los usuarios frente a posibles acusaciones de derechos de autor derivados de contenidos generados por IA muestra una mayor comprensión de los posibles retos de la IA en el sector creativo.
Sethi subraya que es esencial comprender todos los aspectos de esta política. Es posible que la póliza no cubra todos los escenarios y la protección que ofrece puede variar según cada caso. Por ejemplo, en los casos de plagio flagrante a través de la IA, la situación legal se complica, instando a los artistas a tomar medidas proactivas para proteger su trabajo creativo.
Sethi destaca esto al compartir el registro de derechos de autor de su género artístico único, "SoundBYTE", afirmando la necesidad de que los artistas aseguren activamente sus obras para facilitar la afirmación de los derechos si se les impugna.
La comunidad mundial de artistas, a la luz de estos acontecimientos, se está uniendo para abogar por leyes y regulaciones más claras para el contenido generado por IA. Evidenciado por herramientas recientes como Glaze y Nightshade, los esfuerzos para proteger las creaciones de los artistas van en aumento. Glaze realiza pequeños ajustes en las ilustraciones que alimentan los datos erróneos a los generadores de arte de IA, mientras que Nightshade permite a los artistas "envenenar" los datos de píxeles para los raspadores de IA.
Esta conversación en curso no se limita a Google. Gigantes tecnológicos como Microsoft y Adobe han tomado medidas para proteger a sus clientes contra cargos similares por derechos de autor. Microsoft defiende a los usuarios de su herramienta de IA generativa, Copilot, afirmando su legalidad, y Adobe aplica pautas dentro de sus herramientas de IA, asegurando que los usuarios no violen involuntariamente las leyes de derechos de autor; también ofrece servicios de IA repletos de escudos legales contra intrusiones externas.
Los inevitables casos judiciales que surgirán de la IA moldearán inevitablemente no solo los marcos legales, sino también los principios éticos que guían los futuros sistemas de IA. Tomi Fyrqvist, director financiero de la aplicación social descentralizada Phaver, espera un aumento de las demandas de esta naturaleza en los próximos años. Aunque algunos pueden ser oportunistas, otros, dice, serán válidos.
Published At
10/26/2023 1:01:00 PM
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